Es común escuchar sobre el problema ambiental que está generando las empresas por la acumulación de residuos en el planeta y el impacto que trae en ella. Sin embargo, existe un concepto llamado logística inversa.

La logística inversa a diferencia de la logística que todos conocemos, se encarga de hacer un retorno de materiales o productos que se generan en la cadena de suministro de una empresa. Comprometiéndose no solo con el medio ambiente sino con la reducción de costos gracias a la reutilización y reciclaje que se hace con los materiales retornados.
Como operaciones de la logística inversa podemos encontrar:

» Procesos de retorno de exceso de inventario
» Devoluciones de clientes
» Productos obsoletos
» Inventarios sobrantes de demanda estacionales
» Actividades de retirada
» Clasificación
» Reacondicionamiento
K Reenvío al punto de venta o a otros mercados

Uno de los retos empresariales es ver a la logística inversa como un modelo de desarrollo sostenible en el que además de  generar iniciativas de responsabilidad social y ambiental, también trae beneficios como el ahorro de costos en embalaje gracias a la reutilización, una mejora en la imagen corporativa por usar este modelo, optimizar la sustitución de materias primas en material reciclado, reducir la cantidad de productos en inventarios, entre otros.

Este concepto aunque no es nuevo, no es muy conocido, ya que muchas empresas desperdician residuos como los neumáticos, los de equipos electrónicos o de construcción que bien podrían ser reutilizados o reencauchados.

Un ejemplo claro, son las cajas plásticas de seguridad, que permite su reutilización de hasta 500 ciclos según su uso. Estas cajas son utilizadas como embalaje de productos para transportarlos usualmente hacia diferentes puntos de venta  con el objetivo de reducir costos, y mejorar la trazabilidad, ya que a diferencia de una caja de cartón, éstas son más resistentes y  se pueden reutilizar cumpliendo así la logística inversa.

Otro ejemplo de la logística inversa en productos es el retorno de televisores antiguos que están realizando las empresas fabricantes de ellos. Estas empresas les dicen a sus clientes que traigan sus televisores obsoletos para recibir un bono de compra a cambio, todo para recuperar aquellos residuos electrónicos que podrían ser reutilizados, y por supuesto, para que los clientes compren un nuevo televisor.

De esta manera, la logística inversa se vuelve un modelo sostenible que trae varios beneficios a las empresas y de paso, contribuye con la responsabilidad social y ambiental.